Señor mío y Dios mío, en este instante de oración elevo mi voz hacia Ti con
un corazón rebosante de gratitud y esperanza, que reconoce tu infinita
bondad y tu poder ilimitado para transformar nuestras vidas de formas
inimaginables. Me acerco hasta Ti con humildad y confianza, depositando mi
fe en tu divina providencia.
Hoy, en el espíritu del Salmo 112, me entrego a Ti por completo,
confiando en tu guía y dirección en mi vida. Reconozco que Tú eres mi
pastor, y nada me faltará. Te entrego mis sueños, mis preocupaciones y mis
anhelos, sabiendo que en tus manos todo es posible. Que tu luz divina
ilumine mi camino y me conduzca hacia la senda de la prosperidad y el
bienestar.
Padre celestial, te pido que me libres de las cadenas de la deuda y la
escasez de dinero. En tu infinita bondad, sé que puedes abrir puertas que
parecen cerradas y hacer fluir la abundancia en mi vida de manera milagrosa.
Que tu gracia y favor me acompañen en todo momento, protegiéndome de las
adversidades y conduciéndome hacia la plenitud económica.
Permíteme, Señor, ser un canal de tu amor y generosidad hacia los demás. Que
la bendición que recibiere, sea compartida con aquellos que más lo
necesitan, extendiendo así tu reino de amor y compasión en la tierra.
Que mi corazón esté siempre lleno de gratitud por tus innumerables
bendiciones, y que mi fe en ti nunca decaiga, incluso en los momentos de
prueba y tribulación. Confío en que tu amor incondicional me sostendrá y me
fortalecerá en todo momento.
Que tu paz, que sobrepasa todo entendimiento, llene mi vida y me dé la
certeza de que estás conmigo en cada paso del camino. Que tu mano poderosa
me sostenga y me conduzca hacia la plenitud de vida que has prometido a tus
hijos.
Amado Dios, te doy gracias por escuchar esta oración y por obrar en mi vida
de maneras que superan mis más grandes expectativas. En el nombre de Jesús,
amén.
Hacer esta bella oración te permitirá acercarte a Dios, darle gracias por su
amor, por su bondad y pedirle al Señor que te bendiga, te prospere, te
provea y te conceda la gracia de una vida llena de abundancia y bienestar.
Amado Dios, en esta oración inspirada en el Salmo 112, nos entregamos
confiadamente a tu guía y providencia divina, buscando liberación de deudas
y escasez, y esperando recibir de tus manos la abundancia económica,
plenitud y felicidad, Amén.
Otras hermosas oraciones recomendadas para ti.