Amado Dios, padre de generosidad y bondad, hoy estoy aquí, elevando esta oración hasta Ti para darte gracias por la dicha de ser tu hijo y por la esperanza que solo se encuentra caminando bajo tu dulce abrigo.
Gracias por el sublime regalo de la vida y gracias también porque a pesar de las dificultades Tú siempre me ayudas a resolver mis necesidades más apremiantes, me das un techo que me resguarda, me das alimento para el cuerpo, para el espíritu y me das la fuerza que necesito para no sucumbir ante las pruebas ni las tempestades.
Señor, Tú conoces mejor que nadie mis anhelos, mis alegrías, mis preocupaciones y también mis tristezas. Es por eso que hoy recurro hasta Ti con una solicitud muy especial y con la certeza de que mi clamor será escuchado: Por favor ten piedad de mí, ponme en pie y dame la alegría de conseguir un buen empleo.
Es hora de salir adelante, quiero dejar atrás las deudas, la carencia y vivir una vida en suficiencia y bienestar, pero mis anhelos solo serán realidad si Tú estás conmigo y me orientas para cumplir tu preciosa voluntad.
Padre, tu brazo está lleno de poder, tu mano es fuerte y alta es tu derecha; te pido que pongas las condiciones a mi favor, guía mis pasos por el camino correcto, dame sabiduría para tomar buenas decisiones y apóyame en esta búsqueda que estoy llevando.
Amado Dios, gracias por escuchar mi oración honesta que nace del corazón. Desde ahora me deposito con esperanza en tus manos y avanzaré con confianza, porque sé que Tú me permitirás encontrar un buen trabajo, que mi bolsa vacía poco a poco irá siendo llenada y que en mi hogar reinarán la paz, la salud, la tranquilidad, el bienestar y tu abundancia, Amén.
¡Feliz el pueblo que sabe aclamarte! Ellos caminarán a la luz de tu rostro; se alegrarán sin cesar en tu Nombre y serán exaltados a causa de tu justicia (Salmo 89: 16-17)