Señor mío y Dios mío, en este instante me acerco hasta Ti para darte gracias por la vida, por tu amor y por tantas cosas maravillosas que Tú me das cada día.
¿Por qué pido a Dios y no recibo?
¿Alguna vez has sentido que has recurrido a Dios con devoción y Él no responde a tus oraciones? La respuesta a esa situación tiene que ver con las experiencias de vida que Dios ha planeado para cada uno de nosotros y que Él no debe eliminar de nuestro camino, pues nos privaría del aprendizaje y el crecimiento personal y espiritual que debemos de afrontar.
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