Amado Dios, en este instante me acerco hasta Ti, pues sé que solo en Ti puedo encontrar la paz y el cambio que anhelo para mi vida. Tú conoces mi corazón y mis pensamientos, Tú eres un Dios de renuevo y esperanza y por eso te pido que ilumines mis días, que me ayudes a alzar vuelo como el águila que surca los cielos y que seas Tú alejando de mí todo mal físico, emocional o espiritual.
Amado Dios, hoy me acerco hasta
Ti para darte gracias por ser quien dirige mis pasos, para darte gracias por
todo lo que me has dado y también para darte gracias por todo aquello que Tú me darás.
Amado Jesús, quiero hacer una pausa en los afanes y los compromisos del día a día para elevar una oración de esperanza y gratitud. Hoy te doy gracias por el maravilloso regalo de la vida, por tu inmenso amor, por cada una de tus obras y por ser tan bueno y bondadoso.
Amado Dios, hoy me acerco hasta Ti, con un poco de angustia pero también con un corazón desbordante de esperanza que en este momento exclama con devoción: El Señor es mi pastor, nada me falta.
Amado Dios, hoy me acerco hasta Ti para darte gracias por tu amor, por tu bondad, por mi hermoso hogar y porque siempre puedo sentir tu sublime presencia en mi vida y la vida de mi familia. Gracias por ser mi escudo, mi paz y por restaurarme cuando me siento decaer.