Amado Dios, hoy me acerco hasta Ti, con un poco de angustia pero también con un corazón desbordante de esperanza que en este momento exclama con devoción: El Señor es mi pastor, nada me falta.
Padre celestial, Tú eres mi noble pastor y mi amoroso guía y aunque la tormenta arrecie y la noche sea muy oscura, de nada habré de temer, pues sé que Tú siempre estás a mi lado dándome la sabiduría, la fuerza y la fe que necesito para poder salir adelante.
Señor, nada me falta si Tú estás conmigo y en prados de hierba fresca me harás descansar; por favor abrázame con tu amor, confórtame si estoy cansado y recuérdame que en mi camino nunca encontraré una prueba que no pueda superar. Por favor sé mi agua de vida y de refresco y permíteme seguir sembrando los campos que pronto me darán una abundante cosecha.
Condúceme junto a fuentes tranquilas y llévate mi miedo y mi tristeza, y aunque hoy haya angustia en mi alma, dame el valor para levantarme, mirar al cielo y seguir en el camino que me llevará a alcanzar mis metas y grandes anhelos.
Por favor cúbreme con tu manto y guíame por sendas justas, aleja al lobo disfrazado de oveja, a los enemigos malvados, todo mal y peligro de mi vida.
Por favor cúbreme con tu manto y guíame por sendas justas, aleja al lobo disfrazado de oveja, a los enemigos malvados, todo mal y peligro de mi vida.
Te pido también que bendigas mi vida, mi hogar y mi familia y nos permitas disfrutar juntos en paz y alegría de lo bello que es vivir y de todos los hermosos regalos y dadivas que Tú tienes para nosotros.
Amado Dios, permite que tu amor y bondad nos acompañen todos los días de nuestra existencia, ayúdanos a ser salvos, abundantes y felices y por favor nunca nos abandones, pues cada día que pasa necesitamos más de Ti. El Señor es mi pastor, nada me falta, Amén.
Hacer esta oración con devoción e ilusión te permitirá acercarte a Dios para poner en sus manos tu vida, tu hogar, la vida de tu familia y sus necesidades y anhelos y pedirle que sea Él guiando sus pasos por caminos de paz, dicha, bendición y prosperidad.
Confía y vive con alegría pues nada falta en la vida de aquellos que confían y recurren a Dios, pues su bondad no conoce límites y su obra es perfecta. El Señor es mi pastor, nada me falta.
Hacer esta oración con devoción e ilusión te permitirá acercarte a Dios para poner en sus manos tu vida, tu hogar, la vida de tu familia y sus necesidades y anhelos y pedirle que sea Él guiando sus pasos por caminos de paz, dicha, bendición y prosperidad.
Confía y vive con alegría pues nada falta en la vida de aquellos que confían y recurren a Dios, pues su bondad no conoce límites y su obra es perfecta. El Señor es mi pastor, nada me falta.
Otras hermosas oraciones recomendadas para ti.