Amado Dios, creador del cielo y de la tierra: el día de hoy me acerco hasta Ti, con devoción sincera y con la certeza de que mi oración será escuchada, para hacerte una solicitud muy especial.
Hoy elevo una oración para pedirte por mí vida y por la vida de todos aquellos que a diario deben recorrer caminos en sus vehículos. Te suplico que seas nuestro guía y nuestro acompañante.
Por favor protégenos en nuestros caminos de ida y de regreso a casa y danos sabiduría, habilidad, una mano firme y una mirada atenta para no causar ningún daño.
Padre celestial, te pido que seas Tú intercediendo para que cada vez sean menos los accidentes y te suplico que guardes mi vida, la vida de mis acompañantes y la vida de los transeúntes que a diario están en las calles.
Ayúdame a transitar siempre por el camino correcto, por favor mantenme a salvo de los peligros y enséñame a usar mi automóvil de manera responsable.
Ayúdame a transitar siempre por el camino correcto, por favor mantenme a salvo de los peligros y enséñame a usar mi automóvil de manera responsable.
Ayúdame a ser prudente y permíteme conducir siempre dentro de límites responsables de velocidad, y así poder avanzar felizmente por los caminos con calma, serenidad y apreciando en el horizonte la belleza de este hermoso mundo que Tú creaste.
Dame también un corazón bondadoso y caritativo y ayúdame a usar mi automóvil para ser útil a tu obra y poder remediar las necesidades de los demás.
Amado Dios, termino esta oración con el corazón desbordante de alegría y el alma llena de certeza, pues sé que quienes a Ti acuden con fe siempre encuentran respuestas a sus suplicas. Por favor sé mi guía, mi piloto y mi salvador, te entrego el timón de mi auto y de mi vida, pues sé que contigo siempre llegaré a destinos de gloria y bendición, Amén.
Hacer esta oración con devoción y fe te permitirá acercarte a Dios y pedirle que sea Él protegiéndote a ti y a todos aquellos que a diario deben conducir un automóvil para llegar a sus destinos. Dios escucha tu oración y Él será llevándote seguro a tu destino.
Confía, la bondad de Dios es infinita, Él escucha tu oración y será guiándote por caminos de victoria, regocijo y bendición.
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