Hoy Dios te dice: vuelve a intentarlo.

Amado hijo, amada hija, muchas de las cosas del mundo existen en dualidad, para el día está la noche, para el frío está el calor, para la sal está el dulce y para el triunfo está la derrota. Hoy yo quiero tocar tu mente y tu corazón, para que en la derrota no solo veas las dificultades y las tristezas, sino la gran bendición que puede estar aguardando.