Hay momentos en que la tristeza parece adueñarse de nuestros días, instantes en donde incluso llegamos a perder la esperanza y las ganas de seguir adelante. Dios ha visto tu vida y Él tiene hoy unas palabras justas para ti.
Amado Dios de infinita bondad, me presento ante Ti en esta noche para darte gracias por el día que está a punto de terminar, por todo aquello que en tu nombre pude hacer y también por todas las bendiciones que recibí.