Amado Dios, hoy me presento ante Ti, primero, para darte gracias por todos los maravillosos regalos y las bendiciones con las que Tú colmas mis días. Que alegría más inmensa es declararse tu hijo y saber que es tu hermosa luz la que me guía, me cuida y me lleva por sendas de dicha y de gloria.
Amado Dios, hoy me presento ante Ti, con un corazón que desborda gratitud, a darte las gracias por mis maravillosos padres, pues en ellos siempre encontré abrazos llenos de bondad, palabras llenas de experiencia y sabiduría y fue con ellos que aprendí el significado del amor puro y desinteresado.
